Cultura, Escuela y Política
Rolando J. Núñez H.
rolandonunez70@hotmail.com
Ya he hemos venido aproximándonos, en otras entradas de este blog, a definiciones y enfoques de lo que es "cultura", de lo que es "educación" y de lo que es "política". Teniendo como referencia a los autores y las aproximaciones ya reseñados, vamos a asumir que "cultura" es todo lo que hace, dice y piensa un pueblo, una sociedad o una determinada civilización, en el contexto; es decir, cultura no es solo lo folklórico, no es solo el pasado de un país o sociedad; el pasado no es tampoco exclusivamente lo rural o lo puramente bucólico como pretenden visiones ideológicas sesgadas que por lo general defienden trincheras de poder o de privilegios. La cultura es todo lo que “acontece” en la vida de un grupo humano concreto. Una cultura puede ser muy local, pero puede irse también ampliando en la medida en que los canales de comunicación y los procesos dialógicos, entre diversos pueblos, se hacen más amplios. Mientras más cerrado es un grupo cultural específico, mayor es la riqueza de sus contenidos culturales pero también más ensimismados. En la actualidad, las manifestaciones e intercambios culturales son cada vez mayores. La cultura tampoco es una entidad estática, es decir, las culturas cambian y se reinventan en la medida que ocurren hechos o situaciones en su interior y de cara a otros grupos culturales. La cultura, es pues, dinámica, aunque conserve un fondo, llamémoslo esencial, que le da rasgos definitorios aunque no monolíticos o anquilosados. Hay que tener en cuenta pues, que la cultura es lo que nos agrada y también lo que nos desagrada de un grupo humano concreto; además de que tratar el problema político, y el problema educativo, necesariamente implica tener en cuenta, comprender e integrar el elemento cultural como una pieza fundamental de la ecuación.
Hemos de tener presente también que tratar de educación rebasa con creces los muros de la escuela, pues la cultura educa, la sociedad educa, la familia educa y la experiencia cotidiana educa; no obstante, el que la escuela también eduque es un tema que está fuera de discusión; nuestra preocupación es cómo lo hace y con cuánta eficacia, por eso nos ocupamos de ella como ámbito educativo privilegiado, y no como aquel del que había que prescindir. De ahí que la escuela sea, según el excurso que hemos hecho ya también, en menciones previas, la institución encargada de suministrarle, o compartir, o proponer (todo depende del enfoque) con, o a, los discentes, enseñanzas, conocimientos y saberes que les permitan identificarse, asimilarse y participar de su cultura, de su sociedad y de su entorno, es decir, formar hombre – político, apto para participar en su "polis".
En cuanto al término “política”, sabemos también, que en su polivalencia semántica (como toda buena palabra que se precie de tal) puede significar: puro ejercicio del poder, cargo o servicio público, trapisonda o corrupción. Nosotros, aquí, la vamos a entender como participación en la "polis", en la ciudad, en lo público, y todo lo que eso implica. Para ello dedicaremos el ejercicio reflexivo de otras entradas del blog a caracterizar lo que es "cultura moderna" y "cultura postmoderna" y cómo eso se inscriben, relacionan o cohabitan estas en la sociedad y cultura venezolana.
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