LA UPEL EN LA CIENCIA. La Historia de Venezuela: ¿Mito o Realidad?

La historia de Venezuela:
¿Mito o realidad?

Rolando J. Núñez H.
“La Historia es un cadáver que rara vez dice la verdad" (Anónimo).

Para muchos autores, críticos convencidos de la historiografía de nuestro país, registrada en los manuales académicos y en las abundantes hagiografías que ensalzan profusamente a nuestros "próceres", la historia de Venezuela todavía no se ha escrito; para ellos, lo que conseguimos registrado es la visión romántica de ciertos hechos protagonizados por los personajes que en un momento determinado asumieron las riendas de los acontecimientos.
Esto parece evidenciarse, aún, en aquellos historiadores considerados los más rancios representantes del positivismo, pues por lo general suelen centrarse en ciertos "héroes", exaltados hasta el extremo, así como acostumbraban también demonizar a otros como antihéroes que pasan a ser los villanos del relato. Esta visión maniquea nos ha conducido a una interpretación simplista de la realidad que se ha convertido en mercado de mitos, leyendas y tergiversaciones interesadas de la realidad.
Cabe acá la pregunta, ¿es malo el mito? Si queremos intentar discurrir por los caminos de la honradez científica, debemos reconocer que la creación .de mitos, de leyendas, de epopeyas, ha sido un aspecto fundamental de la conformación de culturas, identidades y nacionalidades. El mito ha permitido simbolizar la realidad de los pueblos en su sentido de pertenencia. Eso sucede también en Venezuela, en el siglo XIX; en aquel momento era capital que quienes habitaban estas tierras se sintiesen venezolanos, pues esa noción, en aquel momento, ni siquiera les pasaba por la cabeza. El problema se da cuando esa necesidad inicial de elaborar un discurso que supere lo puramente racional, y vaya a lo vivencial, se convierte en religión, en verdad dogmática, incuestionable. Entonces Bolívar deja de ser un hombre visionario, pero que al mismo tiempo también se dejaba arrastrar por sus ímpetus y prejuicios raciales, para convertirse en un ser santo que nunca se bajaba de su caballo blanco; entonces Manuel Piar no puede ser sino el "moreno" aquel que se quiso rebelar a "San Bolívar", cuando en realidad era incluso más caucásico que el propio Bolívar, según el criterio de más de un historiador serio. Por ese mismo camino José Tomas Boves no puede ser sino el sanguinario carnicero que nació siendo así, cuando en realidad hay en este personaje todo un filón humano digno de tener en cuenta.

Parafraseando a Bertol Brecht en sus "Preguntas de un obrero que lee", pudiésemos decir de nuestra historia lo siguiente:
¿Quién construyo Caracas, la Sultana del Ávila?
En los libros se menciona el nombre de Diego de Losada,
¿Acaso los conquistadores acarrearon las piedras? y Valencia, sitiada y destruida,
¿Quién la reconstruyó? ¿En qué casas de la pequeña Venezuela vivían los negros e indígenas?
¿Adónde fueron sus constructores la noche que terminaron el Camino de los españoles?
Nuestra gloriosa gesta de independencia está llena
De batallas. ¿Cómo se llamaban los que las pelearon?
¿A quién vencieron los mantuanos? ¿No era Bolívar uno de ellos?
Barcelona, tan loada, ¿acaso sólo tenía mansiones para sus habitantes blancos?
Hasta en la épica Emigración a Oriente, los que morían de hambre o de sed clamaban por sus esclavos.
El Centauro Páez conquistó los llanos. ¿El sólo?
Ricaurte murió heroicamente en El Consejo ¿No lo acompañaba siquiera un cocinero?
Bolívar lloró al saber la muerte de Sucre. ¿Nadie más lloraría?
Piar triunfa en la Batalla de San Félix. ¿Quién más venció?
Cada página una victoria.
¿Quién preparó el banquete del triunfo?
Cada década un gran personaje.
¿Quién pagaba los gastos?
Tantos informes,
Tantas preguntas.

La constatación de una historia de nuestro país llena de anécdotas poco fundamentadas, sumamente tergiversadas (con intención de parte de los historiadores o sin ella), centrada en unos pocos personajes que, para colmo, han sido parcialmente estudiados, nos hace pensar que una arqueología de nuestro pasado es indispensable, pues ésta conduciría a una deconstrucción y relectura de los hechos y sentidos que nos han conformado como pertenecientes a nuestra cultura. Evidentemente, en este campo, que bien pudiese ser catalogado como una “filosofía de la historia venezolana", casi todo está por hacer.

Nota: este texto se publicó el martes 28 de enero del 2003, en el diario El Siglo de Maracay, en la columna LA UPEL EN LA CIENCIA, que fue el resultado de una alianza estratégica entre el diario y la Sub dirección de Extensión de la UPEL – Maracay, y que tenía como finalidad el que los docentes – investigadores de la institución divulgaran los resultados de sus trabajos, reflexiones teóricas e investigaciones.


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