Cine y Literatura: El Señor de los Anillos
El Señor de los Anillos o ¿qué
significa ser héroe en nuestros tiempos?
Rolando J. Núñez
H.
@Sisifodichoso
rolandonunez70@hotmail.com
"(
... ) No nos atañe a nosotros dominar todas las mareas del mundo, sino
hacer
lo que está en nuestras manos por el bien de los días que nos ha
tocado
vivir, extirpando el mal en los campos que conocemos, y dejando a
los
que vendrán después una tierra limpia para la labranza. Pero que tengan
sol o
lluvia, no depende de nosotros".
(Gandalf,
en El Señor de los Anillos, al Consejo de Capitanes. P. 194)
"Héroe"
fue el nombre que le dieron los griegos a los grandes hombres divinizados. Es
comúnmente aceptado que héroe es aquel que se distingue por sus acciones
extraordinarias o su grandeza de ánimo. Finalmente, es moneda de uso común
considerar héroe al personaje principal de una obra literaria o de una
aventura.
Las
preguntas que surgen, frente a estos conceptos, son: ¿se mantienen vigentes estas
nociones a lo largo del siglo XX y en el presente? ¿Sigue siendo válida esa
noción "clásica" del héroe? ¿No puede ser visto como héroe aquel que
en forma silenciosa, pero constante, cumple con su deber a lo largo de toda una
vida de "rutina" y "cotidianidad"? ¿Es que acaso no puede
ser llamado héroe aquel que sin salir en los medios de comunicación apuesta por
creer en sí mismo y en los demás y en consecuencia actúa?
La
mitología griega nos habla del "Mito de Sísifo". Sísifo fue condenado
por los dioses a subir una enorme piedra a la cima de una montaña, que una vez
arriba iba a caer inexorablemente; ese subir y bajar se tenía que prolongar
eternamente (las razones no quedaron nunca del todo claras pero hay quien cree
que el castigo se debió a que Sísifo, ya por venganza, o por otras razones,
convenció a su cuñada a probar, junto con él, las mieles de la infidelidad).
Sísifo pasa a ser así la metáfora de lo absurdo y de lo rutinario. Sólo que en
el siglo XX aparece un escritor, conocido fundamentalmente por sus obras El Extranjero y La Peste (por esta última obra obtuvo el Premio Nobel de Literatura
en 1957), Albert Camus, que reivindica la figura de Sísifo al presentárnoslo como
dichoso, en medio de ese aparente absurdo; el Sísifo camusiano se convierte así
en el héroe de lo cotidiano, en aquel que consigue "sentido" a una labor
que, vista desde fuera, es la negación de toda existencia.
Esta
especulación filosófica no quiere sino ayudarnos a aterrizar en la visión, o
revisión, tolkiana del héroe. El Señor de
los Anillos (The Lord of the Rings)
deja de lado a ese paladín acartonado que se aleja de lo humano a tal punto de
presentarnos a un ser que parece no sentir emociones, que no se enamora o que
no se equivoca.
En
la, obra de Tolkien no hay "un" héroe, hay más bien un grupo de
héroes: "La Comunidad del Anillo"; hermandad que se constituye desde
el inicio de la aventura y sólo se disuelve después de la victoria contra el
Señor Oscuro. Es héroe Aragorn, pero también lo es Gandalf; héroe es Faramir y
también lo son Legolas y Gimli; es Héroe Frodo y no lo son menos su criado Sam
y los otros Hobbits. Pero, ¿Y por qué son héroes? Lo son porque logran ganar la
batalla contra el miedo y las tinieblas además porque evitan que se instaure el
"reino de la discordia", que es el de Sauron. Los integrantes de La
Comunidad del Anillo logran que Aragorn se convierte en rey (que retorne el
rey) porque no dejan morir la esperanza aun en medio de la desesperanza;
desesperanza que experimentan, por ejemplo, en El Camino de los Muertos. Quizá
el mayor logro de nuestros héroes sea el de luchar contra un destino", un
fatum, aparentemente determinado e incambiable. Frente a esos obstáculos la
heroicidad de estos personajes consiste en seguir creyendo en sí mismos y en
las fuerzas del bien. Esos héroes siguen estando tan vigentes hoy, y siguen
siendo tan necesarios como lo fueron ayer puesto que en la medida en que
tengamos esperanzas y en la medida en que nos aferremos a nuestra capacidad de
cambiar la historia, en esa misma medida transformaremos la realidad que nos
rodea y que nos interpela.
La
pregunta que no nos podemos dejar de hacer es ¿acaso en Venezuela carecemos hoy
de esos valores de los que hacen gala los personajes de Tolkien? Pues pareciera
que, si miramos a nuestro alrededor, nos vamos a conseguir con que hay quien
ciertamente pretende usar el "miedo" para conseguir los adeptos que
no ha podido por la vía de las ideas o de las promesas no cumplidas; quien
amedrenta y amenaza no pretende más que atemorizar a sabiendas que el miedo
paraliza a menos que, como los héroes de Tolkien, nos sobrepongamos a ese
miedo. Evitar que se instaure el "reino de la discordia" es hoy en Venezuela
más urgente que nunca, pues nunca como ahora se había incitado más al venezolano
para que entrase en conflicto con conocidos, amigos y hasta familiares, por
razones políticas e ideológicas; lo más preocupante de esto es que esos odios y
resentimientos sociales sean hoy día estimulados desde las esferas del poder
político, y que además las exclusiones y desigualdades reales, del pasado y del
presente, sean malamente disimuladas desde las esferas de poder económicas.
De cara a una situación
socio-política tan oscura (recordemos que el de Sauron es el reino de la
oscuridad) la apuesta por la esperanza debe prevalecer. Evidentemente ésta debe
ser una esperanza basada en la acción y no en la pura contemplación, pues esa
lucha contra el destino, que emprende y gana la "Comunidad del
Anillo", debe ser también nuestra lucha. Hoy más que nunca debemos asumir,
como venezolanos, que o nosotros hacemos la historia y no al revés; así, cuando
el ascenso a la Montaña del Destino se haga más escabrosa tendremos más
alicientes para seguir subiendo.
Nota: este artículo fue publicado originalmente en el diario El Siglo de Maracay-Venezuela, el 16 diciembre de 2003, en la pág. B-10.
¡Excelente artículo!
ResponderBorrarGracias por la lectura, Mariela!
Borrar¿Cómo se caracteriza al héroe? Valiente, arrojado, portador de la sabiduría y ejecutor de las causas imposibles, ese pudiera ser el imaginario. El personaje heroico ¿tiene vocación o se hace a través de una circinstancia? El que es considerado héroe debe aprender a gestionar los vaivenes de la adulación y la hipocresía. Ante una empresa de inmensas e incuestionables dimensiones, el colectivo persigue sin descanso a esa figura que les rescate de la ignominia y la humillación. Venezuela ha equivocado tanto su camino en esa misión, solo ve héroes en el personaje épico y caballeresco, el prócer de la independencia que con su legado debe venir una y otra vez a redimir el pensamiento contemporáneo para encontrar respuestas y ni qué decir del hombre de luces que viste un uniforme militar. Hay que superarlo, no sé cómo.
ResponderBorrarGracias por esta aproximación de la heroicidad a gente tan sencilla como la Comunidad del Anillo.
Así es, el "héroe" como producto, el héroe del cine, es solo una forma de verlo, pero no la única. Precisamente, la propuesta aquí es mirar hacia un héroe más cotidiano, más carnal, como la de la imagen de tu perfil de WhatsApp que me gustó mucho a propósito de este tema. Gracias por la lectura y por el comentario, Solange. Saludos!
ResponderBorrarInteresante!
ResponderBorrarLa visión "heroica" de lo político, la espera de El Héroe, la búsqueda de la Gran Gesta Herocia, nos ha llevado a sísifos desdichados frente a los orcos que se han apoderado del país...
Muy cierto, Ángel! La imagen de esos héroes - mesías nos han hecho mucho daño y nos han traído, en buena medida, a donde estamos! Saludos y gracias por leer!!!
Borrar