Venezuela: Un País Sin Libros

UN PAÍS SIN LIBROS

Rolando J. Núñez H.
rolandonunez70@hotmail.com


El gobierno se ufana de repartir millones de libros a los niños, a principios de año escolar. Cualquiera diría que difunde la lectura y cultura. En realidad son libros de textos de dudosa calidad, manuales pues, cargados de  mucha ideología, entre líneas y explícita, y una visión de país y de la vida bastante sesgada.

            Si caminas por los centros comerciales, de nuestras ciudades, consigues sucursales de cadenas dedicadas al mercadeo de libros. El paseante desprevenido podría quedar convencido de que leer es cosa de pasar a estas “librerías” y hacerse de una reciente publicación. Al entrar conseguirá usted libros que llevan ahí años y estanterías que en lugar de obras literarias alojan juguetes; nuestras librerías han devenido en jugueterías.
            En esos establecimientos conseguirá el desocupado lector caras jóvenes y prometedoras que a cualquiera llenan de expectativas; al consultarles algo o hacerles alguna pregunta constatará que a estos muchachos le daría lo mismo estar en una zapatería que en una librería. Pareciera que a las líneas gerenciales de las cadenas libreras ni les ha pasado por la cabeza que la actitud desatenta, y en ocasiones hasta grosera, de estos jóvenes no hace más que ahuyentar al posible comprador de libros, de los pocos que se pueden conseguir aún en el país. Es una suerte pues poder entrar a los pocos establecimientos que aún quedan con un dueño, o encargado, al frente, que sepa algo de libros.


            ¿Por qué es tan difícil conseguir novedades literarias, de ficción o no, en nuestro territorio nacional, “libre de analfabetismo” desde 2005? Pues porque ese mismo gobierno, humanista e incluyente, que miente sobre las cifras reales de analfabetismo, hace unos años decidió que importar libros no era prioridad, y de un plumazo los sacó del rubro de necesidades fundamentales para los venezolanos. Si algunas novedades podemos aún conseguir hoy en nuestras excursiones bibliófilas se las debemos a ciertos héroes nacionales (editores, autores y pequeños empresarios idealistas) que apuestan por la publicación de obras nacionales, lidiando además con la escasez de papel. Ante tal panorama no podemos menos que preguntarnos: ¿Hacia dónde nos querrá llevar la revolución con esta situación de inopia bibliográfica?

(Este texto fue publicado el martes 13 de noviembre de 2013 en el diario "Tal Cual", p.16. La situación, lejos de mejorar, ha empeorado y hoy adquirir libros actualizados, de cualquier tipo, nacionales o extranjeros, es sencillamente una labor titánica. Muchas librerías han cerrado, la tiranía avanza en su labor domesticadora y narcotizante).

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