¿Qué es la Epistemología?
¿Qué
es la Epistemología?
Rolando J. Núñez
H.
@Sisifodichoso
“Hay
muchas cosas que no quiero saber,
La
sabiduría marca límites hasta al conocimiento” (Friedrich Nietzsche).
La
realidad nunca es superficial, es compleja; el paisaje que forma nuestra
realidad no es en blanco y negro, es multicolor. Sería sumamente aburrida
nuestra vida si las cosas tuvieran una sola explicación, una demostración
simplista. Así, hay facetas de nuestra existencia que no vemos pero que están
allí, que no tocamos pero que nos hacen ser lo que somos, lo que pensamos, lo
que odiamos y lo que amamos.
“Epistemología” es una
definición compuesta por dos raíces
griegas: “episteme”, que significa conocimiento, saber o ciencia, y “logos”,
que es estudio, tratado, razón; de modo que la epistemología es el estudio
reflexivo sobre cómo conocen las personas.
La epistemología se plantea las
siguientes preguntas: ¿cuál es el origen del conocimiento humano? ¿Cuáles son
los límites (hasta dónde puede llegar) de ese conocimiento y cuáles sus
posibilidades (es decir, cuál es su alcance)? Se pregunta también cuál es su
estructura, cómo se organiza.
Para algunos el conocimiento es
innato, nace con nosotros, a estos los llamamos idealistas o racionalistas.
Autores como Platón sostenían que conocer no es sino recordar algo que ya
teníamos dentro de nuestra mente. Según él, esto explica el que el bebé recién
nacido sepa como mamar de los senos de su madre sin que nadie le haya enseñado;
para otros el conocimiento tiene su origen en la experiencia, a estos los
llamamos “empiristas”, entre estos estaba Aristóteles, que decía: “Nada hay en
el intelecto que antes no haya pasado por los sentidos”. Esto explicaría, para
esta corriente de pensamiento, porque el niño mete la mano en el fuego y solo
así aprende que la llama le puede quemar, de modo que, la mente humana es, para
estos autores, una pizarra en blanco que se va llenando en la medida que vamos
teniendo experiencias. Hay un tercer grupo de autores que piensan que nuestro
conocimiento es la síntesis de algunas ideas innatas, que nacen con nosotros y
otras ideas que son producto de la experiencia; a este tercer grupo de autores,
que así piensa, los llamamos “criticistas”; entre ellos se encuentra Inmanuel
Kant, que proponía: “La experiencia sin la razón es ciega, pero la razón sin la
experiencia se mueve en el vacío”. La “epistemología genética”, de Piaget, está
íntimamente relacionada con este planteamiento criticista kantiano, pues el
ginebrino habla de la cognición como un proceso de acomodación y asimilación.
Habría que agregar además que
nuestro conocimiento viene de tres fuentes: a) las creencias, que proceden de
lo que nos han enseñado nuestros padres, nuestro entorno y hasta nuestros
maestros. No tenemos prueba empíricas, sabemos esas cosas porque tenemos fe en
lo que nos han dicho otros: ese saber puede llegar a constituir un 90% de los
que creemos conocer. Hay también un conocimiento que es más experimental, son
experiencias que hemos vivido, eso, a lo sumo llegara a ser un 9% del
conocimiento que tenemos. Y después está el conocimiento estrictamente
racional, aquel en el que meditamos, nos cuestionamos y hurgamos en el trasfondo
de las cosas que nos ocurren, que es lo que menos hacemos y pudiera llegar a
ser ese 1% restante.
En cuanto a los límites del
conocimiento humano, la epistemología se pasea por aquellos espacios a los
cuales la mente de una persona no es capaz de llegar. Hay ciertas condiciones
objetivas, concretas, que no nos dejan avanzar en el conocimiento del mundo que
nos rodea, o que está un poco más allá. Los prejuicios, por ejemplo. Si yo me
amarro a mis creencias y no soy capaz de hacerme preguntas, de que otros me las
hagan, me estoy cerrando a la posibilidad de conocer más. Si me hablan en
chino, por ejemplo, y yo no sé hablar chino, no podré comprender lo que el otro
me dice. El no contar con ciertos aparatos, o ciertos instrumentos, también
pone límites a mi capacidad de conocer, de saber. Así mismo, la “teoría del
conocimiento” me dice que las posibilidades de conocer que tenemos son
infinitas, siempre y cuando el sujeto esté abierto a esas posibilidades,
siempre y cuando la persona esté dispuesta a escuchar, a dialogar, a empatizar,
es decir, a ponerse en el lugar del otro. En este sentido apunta la actual
hermenéutica, en interpretar, en comprender el texto en su contexto.
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